El arte conceptual, también conocido como idea art, information art o software art, es un movimiento artístico en el que las ideas son un elemento más importante que el objeto o su representación física. La idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales, quedando la resolución final de la obra como mero soporte. Varios autores hablan del arte contemporáneo como un arte post-conceptual1 .
El arte conceptual como movimiento emergió a la mitad de los años sesenta, en parte como una reacción en contra del formalismo que había sido articulado por el influyente crítico Clement Greenberg. Sin embargo, es común situar su origen los ready-mades que el artista francés Marcel Duchamp realizó en las décadas de 1910 y 1920, en los cuales la obra artística ya no es interpretada como un objeto de contemplación fabricado por la mano de su creador, sino como un objeto de pura especulación intelectual.
En contexto inmediato del arte conceptual es el de EEUU y Europa tras la II Guerra mundial, al que se sumaron artistas de otros países en Asia y Suramérica. Destacan el compositor estadounidense John Cage con sus obras experimentales, y Robert Rauschenberg y Jasper Johns, que transformaron la pintura incluyendo objetos cotidianos y eventos fortuitos. En Japón podemos mencionar las acciones artísticas del grupo Gutai. En Francia e Italia, Yves Klein y Piero Manzoni respectivamente desarrollaron prácticas artísticas que contribuyeron a sentar las bases del arte conceptual.
Los medios más empleados en el arte conceptual son el texto, la fotografía, la performance y el vídeo. En ocasiones se reduce a un conjunto de instrucciones indicando cómo crear una obra; la idea tras el arte es más importante que el artefacto en sí.
De este concepto han surgido formas artísticas como fluxus, (Joseph Beuys, Wolf Vostell, Nam June Paik) y el mail art.
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